Fernanda Vila Pièrart estudio Periodismo en la Universidad Católica de la Santísima Concepción. Su trayectoria es muy extensa tanto en medios como en comunicación organizacional y su espíritu, siempre curioso e inquieto, la llevó a la diplomacia. Esta es la historia de una periodista de esta Escuela, dando vueltas por el mundo.

En 1994 decidí entrar a estudiar Periodismo a la universidad Católica de la Santísima Concepción. Me pareció una universidad más pequeña, con una carrera que recién comenzaba, con una malla curricular ordenada y en un ambiente más “familiar”. Además, iba a ser la segunda generación y eso, algo de épico tenía.

Tenía amigos en otras universidades y debo decir que hasta hoy me alegro de mi elección: tuvimos buenos profesores, ramos importantes para la formación intelectual, como deontología, lingüística y filosofía, ramos para la formación académica propia de un periodista y ramos prácticos, que hicieron de la carrera algo especial, distinto y entretenido. ¡Daba gusto ir a clases!

Recuerdo con cariño haber inventado un programa de radio con dos compañeras al que llamamos “Sirtakis… Un viaje por la música y el arte”; haber grabado un programa de televisión en el estudio de la Escuela para el Padre Cecilio de Miguel; haber ido a la feria costumbrista de Collao para tomar las fotografías para mi examen del ramo homónimo; haber creado una revista para diseño gráfico y otra interna llamada “Cactus”; haber realizado encuestas; haber participado en ejercicios ficticios de una toma de la Escuela con rehenes y haber rescatado a alguien en un cerro para el ramo de televisión; haber ganado con la Alianza Negra y haber creado el movimiento feminista “Las Flores”, entre una innumerable lista de buenos recuerdos con compañeros y profesores.

De hecho, desde el tercer año comencé a ayudar a mi padre, Alejandro Vila, en su canal por cable “Azul Televisión”, al que invitamos a un buen grupo de compañeros a participar, creando así un canal de televisión casi experimental, que fue una excelente escuela de aprendizaje para todos nosotros. Allí hicimos cámara, edición, producción, entrevistas… Aprendimos el oficio, vimos el fruto del esfuerzo y aprendimos lo que era la vida profesional.

Por lo mismo, hice mi práctica profesional en TVN, pero en el área de Dirección de Prensa, y como siempre he pensado que un periodista tiene que saber escribir, también hice una práctica en el diario El Sur.

Al terminar la carrera me costó unos meses encontrar trabajo, pero desde entonces fui cambiando varias veces, reinventándome en distintos ámbitos laborales. Trabajé en Radio Bío Bío, en la Gobernación de Osorno, en la Seremi de Gobierno; luego me fui a Santiago contratada por Greenpeace y después en Transantiago. En todas las diversas labores que me tocó desarrollar siempre fueron útiles las habilidades adquiridas en mis estudios como Periodista: tener curiosidad, escuchar y poner atención para poder contrapreguntar; generar confianzas; equalizar el lenguaje según el interlocutor o el público objetivo; saber que el oficio se hace en la calle y no detrás de un escritorio; ser riguroso en la información y tener varias fuentes; tener ética y ser honesto; entre otros.

Quizás fue ese espíritu del periodista, de conocer, aprender, casi de “explorador” de temas, mundos e historias, que me hizo querer ver más. Además, a mí siempre me ha gustado el servicio público. Entonces, postulé a la Academia Diplomática Andrés Bello, que es la escuela de formación de los funcionarios diplomáticos del Servicio Exterior de Chile.

Por distante que pueda parecer la labor de un diplomático en relaciones internacionales de la labor periodística, esas habilidades aprendidas me han seguido siendo de gran utilidad en esta segunda carrera. Ser diplomática requiere ser muy adaptable a nuevos entornos, saber observar y aprender del ambiente, tener mucho respeto por otras culturas, saber cuándo hablar y cuándo callar, y tener un alto sentido del servicio al país que uno representa y por el cual habla. Quizás, lo que no he podido dominar, pese a la formación diplomática, es esa manía de querer saber y preguntar.

Noticia Original :https://sociales.ucsc.cl/2020/01/de-espiritu-periodista/?utm_source=newsletter&utm_medium=email&utm_campaign=newsletter_carrera_de_periodismo_ucsc&utm_term=2020-01-23