El Directorio de la Asociación de Diplomáticas y Diplomáticos de Carrera (ADICA), representado por su presidente, Cristián Piña Mella; la vicepresidenta, Carmen Nishihara Toro; la secretaria, Isidora Rojas Fermandois, y el protesorero, Julio Villarroel Alarcón, realizó la entrega de una bandera especial de ADICA al Embajador Emérito Mariano Fontecilla, en honor a la extensa y comprometida labor diplomática en sus más de 80 años al servicio de Chile y quien al día de hoy permanece como funcionario activo de Cancillería.
Esta iniciativa surge del compromiso de ADICA de conmemorar a las y los funcionarios del Servicio Exterior más destacados, quienes a lo largo de los años han trabajado incansablemente en beneficio de Chile y al servicio de nuestros connacionales que lo requieran en el exterior. Por ello, se ha decidido brindar este reconocimiento a los Embajadores Eméritos más destacados que hoy o en el futuro obtengan dicha distinción.
“Reconocer el trabajo de nuestros colegas es esencial para fortalecer los valores que impulsamos desde ADICA: la dedicación, el compromiso y la vocación de servicio al país. Actividades como esta nos permiten destacar la importancia de la experiencia y el conocimiento acumulado de quienes han dedicado su vida al Servicio Exterior. La trayectoria del Embajador Emérito Mariano Fontecilla es un ejemplo vivo de profesionalismo y entrega, cualidades que inspiran a las nuevas generaciones de diplomáticos y fortalecen el prestigio de nuestra diplomacia en el mundo”, señaló Cristián Piña, Presidente de ADICA.
Mariano Fontecilla ha sido uno de los defensores de la carrera funcionaria en el Ministerio de Relaciones Exteriores y de la profesionalización de la planta del Servicio Exterior. Entre sus labores destacadas se encuentra el haber sido el organizador y encargado de recibir a la Reina Isabel II en su visita a Chile en 1968, de quien obtuvo el título de “Sir” por su labor diplomática. Tiempo después, ocupó el cargo de Ministro Consejero en España hasta 1975, año en que regresó a Chile para asumir la dirección de la Academia Diplomática “Andrés Bello”. En 1987, tuvo un rol destacado durante la visita del Santo Pontifice Juan Pablo II de quien obtuvo el título de “Gentilhombre”. Además, ejerció como Embajador de Chile en España, Finlandia, Islandia, Noruega, Italia y Malta, hasta su jubilación de la planta del Servicio Exterior en 1990.
Desde ADICA valoramos la experiencia, conocimientos y sobre todo las tantas anécdotas propias del desarrollo de esta labor que nos ha transmitido el Embajador Emérito Mariano Fontecilla. Agradecemos su tiempo para recibirnos y conversar sobre las distintas facetas de la carrera diplomática.